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Nuestras Raíces Guatemala, cobijo para niños que no alcanzan el sueño americano

Publicado el 12 de junio de 2015
por Oscar René Oliva en Aguasdigital.com

Con la esperanza de reunirse con sus padres o de contribuir al sustento de sus familias, cientos de menores, en su mayoría indígenas, emprenden un viaje que muchas veces no culmina con éxito, aún cuando los traficantes, más conocidos como “coyotes”, cobran cuantiosas sumas de dinero que van desde los 5.800 hasta los 8.450 dólares por llevarlos a Estados Unidos.

La pobreza en la que viven sus familiares, el abandono, la desintegración de sus hogares, la falta de oportunidades o la violencia, son algunas de las causas que motivan la migración de los menores, que en el trayecto sufren vejaciones e incluso se encuentran con la muerte.
“Hay un cúmulo de factores que inciden en menor y mayor medida en la migración de los menores no acompañados y hay que atender las causas estructurales y fortalecer los elementos que permitan a la población guatemalteca tener una vida digna”, explicó a Efe Jorge Peraza, jefe de misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La situación en Guatemala “es preocupante” porque las cifras siguen siendo altas, aunque se están haciendo esfuerzos importantes que incluyen procesos de reintegración familiar y de repatriaciones más seguras y dignas, refirió.
En lo que va del 2015, han sido detenidos en la frontera sur de Estados Unidos 18.617 menores originarios del Triángulo Norte de Centroamérica, formado por Guatemala, El Salvador y Honduras.
De ellos, 6.607, un 35 por ciento., son niños guatemaltecos, según cifras del sitio web “Patrulla Fronteriza”.
“Las causas estructurales como la pobreza y la violencia continúan y esto nos está afectando para que la migración siga”, dijo Peraza, quien reconoce que Guatemala, pero principalmente la Primera Dama, ha asumido un rol de liderazgo dentro del Triángulo Norte en lo que al tema migratorio se refiere.
Y es que Leal de Pérez no sólo ha convocado a sus homólogas de Centroamérica y México, sino que también ha tocado puertas en Estados Unidos para buscar un trato digno para estos jóvenes.
La OIM colabora con los países de origen de la migración en Centroamérica con capacitaciones, e incluso tiene un proyecto que ayuda a la reinserción de los menores que son retornados.
En el albergue “Nuestras Raíces Guatemala”, que fue remodelado por la OIM y que administra la Secretaría de Bienestar Social (SBS) de la Presidencia, los niños y adolescentes deportados encuentran un cobijo familiar.
No es fortuito que se llene, ya que es el primer lugar al que llegan y donde reciben una asistencia digna.
La jefa del Departamento de Niñez Migrante de la SBS, Golda Ibarra, explicó a Efe que el centro está acondicionado con un área de atención emocional, el primer factor que tratan en los repatriados tras llegar al aeropuerto internacional La Aurora.
También tiene clínicas médicas, psicológicas, de trabajo social y de identificación, para detectar el estado de vulnerabilidad.
El cuarto de dormitorio para las niñas, con baño privado, incluye una cuna porque, “desgraciadamente, nos han venido adolescentes madres y también las atendemos con un enfoque de género”, detalló.
La habitación de los hombres, apunta, es más grande porque representan el 80 por ciento de la población que se recibe.
Cámaras de vigilancia, un comedor con un juego, la cocina, una bodega, una sala para recibir a los padres de familias y una oficina para la Procuraduría General de la Nación (PGN), completan el cobijo.
Rosa María Leal, esposa del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, comentó que desde que se creó el albergue se ha recibido a más de 3.000 menores deportados por las autoridades migratorias estadounidenses.
Cada semana arriban al país tres vuelos y cada uno transporta a unos 50 menores y aunque no todos van a “Nuestras Raíces Guatemala”, sí lo hace la mayoría, dijo en declaraciones a Efe, y agregó que la mayoría son originarios de los departamentos de Quetzaltenango, Huehuetenango y San Marcos, estos dos últimos fronterizos con México.
La Primera Dama, que ha buscado por todos los medios que los menores tengan una repatriación “digna”, incide en la necesidad de “estar preparados porque desgraciadamente el número va a crecer”.
A su juicio, Estados Unidos ha puesto más barreras y presiones a México, de donde también son retornados un promedio de 150 cada semana.
“Como mujer y madre se siente más tranquilidad que me los regresen de la frontera de México y no desde Estados Unidos después de haber sufrido vejámenes en todo el camino”, anotó.
Además del albergue en la capital, la SBS tiene otro en la ciudad occidental de Quetzaltenango, con más afluencia, y donde llegan los niños que son repatriados desde territorio mexicano.
La esposa del mandatario explicó que en los centros los deportados pasan, como mucho, tres días, mientras se hace el contacto con sus familiares, pero el resto sigue siendo numeroso.
“Los niños muchas veces no saben ni a que van. Primero deben ser tratados como niños y adolescentes y no como delincuentes porque no lo son”, sostuvo.

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País

Estados Unidos

Temática general
[Asilo/Refugio][Deportación]

Temática específica
[158][42]



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