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La pesadilla es cruzar México; bandas buscan niñas y mujeres migrantes para violarlas y transportar droga

Publicado el 25 de abril de 2016
por Revolución Tres Punto Cero en Revolución Tres Punto Cero 

“El gran reto de pasar hacia Estados Unidos, no es cruzar el desierto de Arizona, sino cruzar México. La pesadilla es cruzar a México”, aseguró una mujer migrante a Lilia Aguilar, investigadora de la Universidad de Harvard, quien trabajó en una investigación sobre el paso de la mujer migrante en nuestro país, para presentarla en el reciente Foro Woman In The World, en Nueva York.

En entrevista para Revolución TRESPUNTOCERO, la investigadora Lilia Aguilar, explicó que existe una serie de complicaciones que padecen tanto hombres como mujeres que cruzan la frontera sur de nuestro país para llegar al norte, lo cual deja en evidencia que “mientras nosotros buscamos que se respeten los derechos humanos de los mexicanos en Estados Unidos, también violentamos los derechos de los migrantes que están de paso en México”.

Woman in the World, uno de los foros más importantes de mujeres, donde se realizan propuestas concretas, que se presentan a los gobiernos, este año tuvo como uno de sus principales temas el paso de la mujer migrante por México.

“Cuando nosotros nos damos a la tarea de investigar, hablamos con las matronas y Solalinde, también buscamos información en Centros de Apoyo que se encuentran en Chihuahua, cerca de las vías del tren y dentro de la ciudad, puntualmente en Ciudad Juárez, donde existen colonias completas de gente que se queda atorada en el cruce, donde también hay albergues para gente que viene llegando”, asevera Aguilar.

En su búsqueda, encontró que todas las migrantes tienen un caso de violación a derechos humanos, en muchos casos son ‘carne de cañón’, para los grupos del crimen organizado, también arriesgan su vida al subirse al tren (la bestia), aunque cada vez menos mujeres se suben éste.

“Es un mal conocido por este gobierno mexicano, pero no ha hecho absolutamente nada. Los migrantes son personas que entran al país y que se están transportando en un medio tan peligroso, son robados, secuestrados, muchos de ellos sufren accidentes al caerse del tren, pero sobre todo viven una situación de vulnerabilidad e inseguridad, porque ahora con mayor frecuencia son víctimas de grupos criminales, específicamente los Zetas”, añade la investigadora.

Sin embargo, en su paso por el país, el delito que más ha sido denunciado por las mujeres migrantes es la violencia sexual, que no nada más la padecen por parte de criminales y autoridades, puesto que los primeros atacantes son los mismos migrantes, paradójicamente la mujer sale de su país, huyendo a decir por ellas, porque padecen un problema al que se ha llamado cultura del arquetipo de la mujer, que significa que las mujeres en el consciente imaginario centroamericano, así como del mexicano, son ‘objetos desechables’.

“Descubrimos que números oficiales, dar cuenta que 9 de cada 10 mujeres que cruzan de Centroamérica a Estados Unidos, dicen haber sido acosadas sexualmente en México; siete son violentadas sexualmente, es decir dan cuenta de violaciones consumadas, hasta intento de violaciones, pasando por violencia física.

También nos damos cuenta que de ese siete de cada 10, cinco de cada 10 son niñas acosadas o violadas, quienes están huyendo precisamente de ese delito, hay un fenómeno de huida de las mujeres porque están buscando sacar a sus hijas del país; las bandas buscan a niñas de 12 años adelante en adelante, ellas se vuelvan sus novias, amantes para violarlas por el día o para meterlas de mulas (transportar droga)”, explica Aguilar.

Así es como se convierte en un problema sistemático hacia las mujeres, es por ello que están tomando sus hijas y las cruzan a Estados Unidos, con la perspectiva de una vida mejor, además de salvarlas de toda aquella violencia. Aguilar, recuerda la frase de una mujer salvadoreña, quien dijo “los gringos piensan que nosotros vamos allá a buscar el sueño americano, cuando nosotros estamos huyendo de la pesadilla centroamericana”.

Uno de los casos presentados, es la historia de una madre que salió huyendo de la inseguridad de un país centroamericano, llevaba consigo a su hija de 14 años y a su hijo de 8 años, a ella le dio pastillas anticonceptivas, la madre también las usó, y a él le dio condones, al preguntársele por qué al niño tendría que entregarle preservativos, ella dijo “se los doy para que cuando lo violen no lo contagien”. Aguilar comenta que existe una tendencia de abuso sexual en contra de los niños hombres menores por parte del narcotráfico.

“Estas mujeres, ponen a sus hijos y a ellas mismas una armadura, saben que al llegar a México van a pasar por todo esto, en su camino, se los han dicho, sobre todo porque existen grupos de migrantes que dan información de lo que está pasando en este país con quienes lo atraviesan”.

Pero esta situación también la viven las mujeres mexicanas que salen de sus comunidades en busca de una vida digna, siendo las chiapanecas y oaxaqueñas, quienes principalmente están saliendo del país y que van así Estados Unidos por las mismas razones, sumándose así las habitantes del área más pobre de Guerrero, donde el crimen organizado está robando a las menores y separándolas de sus familias.

En los últimos años la mujer migrante ha tratado de evitar la ruta que siguen los hombres, están yéndose por caminos principales en lugar de subirse al tren, se están enfrentando a actos de corrupción, sobre todo con las autoridades migratorias de este país. Así han creado un patrón de traslado distinto al de los hombres, pero sí saben que van a vivir todo un gran reto al cruzar México.

“Porque yo se saben que hechos como los que sucedieron en San Fernando son una práctica común, los cárteles de las drogas están persiguiendo a estas personas para volverlos objetos desechables y sobre todas las mujeres están siendo utilizadas sexualmente, como mulas, incluso las están dejando como jefas de plaza, porque las manipulan amenazando a sus hijos, así es como son encargadas de ciertas zonas.

Existe una variedad de actividades que solamente las hacen las mujeres porque son confiables y desechables para ellos, lo cual ellas padecen en su traslado de México a Estados Unidos. Sin embargo cuando en el país del norte, el asesinato o violación a derechos humanos de un migrante se vuelve un caso icónico, en este país es una actividad normal, tanto las mujeres que aún no cruzan a Estados Unidos, como las que ya lo hicieron, coinciden en que la parte más difícil de su viacrucis es cruzar México”, agrega Aguilar.

Quien expresa que pese a la inminente violación de derechos humanos hacia migrantes, el gobierno no quiere reconocer el trato que se le da a los centroamericanos, el cual “es peor que inhumano. El Estado mexicano también es un violentador, no solamente los cárteles, tenemos una autoridad migratoria que permite el traslado en la bestia y no hace nada al respecto, a partir de eso también es un violentador, incluso a nadie no sorprende que haya autoridades que también son violentadores abiertos, como los del crimen organizado”.

Existen testimonios de jovencitas en Ciudad Juárez quienes aseguran, según la investigación de Aguilar, que primero fueron raptadas por la policía y usadas, para después estos elementos las entregaron al narcotráfico, es por ello que la académica califica al Estado mexicano como un violentador tanto por comisión como por acción. Es por ello que afirma también México necesita una política migratoria, basada en un principio que es el respeto los derechos humanos, no solamente para los connacionales, sino también para quienes están cruzando el país.

Actualmente a diario 40 mil personas son las que se están movilizando en el país para llegar hacia Estados Unidos. Sin embargo, Aguilar no cree posible el surgimiento de una política migratoria, porque el gobierno nunca va a aceptar que se han perpetrado violaciones a derechos humanos sistemáticas en el país y que se replica hacia los migrantes.

A esto se suma que el Estado mexicano ha negado que la tortura es una práctica cotidiana en el país, siendo una práctica también usada contra migrantes, a quienes, comenta, se les trata “peor que animales”, es por ello que el Estado también es un perpetrador de esa violencia.

Un ejemplo más del porqué no es posible una política migratoria, a decir por Aguilar, es que “el Instituto Mexicano de Migración, son quienes cometen las corruptelas más grandes, para atraer el tráfico sexual que se hace también con la venia de las autoridades mexicanas, específicamente en las licencias que generan INM para permitir que exista tráfico de mujeres latinoamericanas que vienen a trabajar en círculos donde se ejerce la prostitución.

Así se engrandece el mercado sexual en este país. Y como las autoridades son los mismos generadores de los problemas, no creo que exista una posibilidad de la creación de una política migratoria”, sentencia Aguilar.

Quien comenta que durante el Foro los asistentes parecieron realmente asombrados por los padecimientos de los migrantes en el país, puesto que “se piensa que México es un país moderno, que tiene avances en derechos humanos, sin embargo podemos hablar de violaciones de derechos humanos sistemáticas entre hombres y mujeres, pero existe una diferenciación, donde las mujeres son mayormente vulnerables porque se cree que somos desechables”, añade.

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