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Guardias de Ferromex hostigan a migrantes y defensores en Querétaro

Guardias de Ferromex hostigan a migrantes y defensores en Querétaro

Publicado el 5 de mayo de 2016
por Gloria Leticia Díaz en Proceso 

Desde hace 16 años Martín Martínez apoya a migrantes en su camino a Estados Unidos con lonches y un espacio para reposar, pero a partir de mayo de 2015 se ha puesto en riesgo su vida y la de una veintena de voluntarios que lo acompañan en la realización de la labor humanitaria cerca de las vías del tren de la antigua Estación Bernal, en Tequisquiapan, Querétaro.

Martín y su equipo, así como los migrantes que ayuda, han sido balaceados, golpeados y casi atropellados por elementos privados de seguridad que viajan sobre trenes de carga de Ferromex que transitan hacia la frontera norte.

“Ya hemos puesto dos denuncias ante el Ministerio Público por las agresiones de los guardias privados, que dicen tienen la orden de disparar a todo lo que se mueva alrededor del tren, o sea nosotros”, narra Martínez en entrevista con Apro.

Fundador de la Estancia del Migrante González y Martínez, Martín señala que las agresiones iniciaron en mayo del año pasado por parte de empleados de los Cuerpos de Seguridad Auxiliar y Urbana del Estado de México (Cusaem), corporación “oscura” adscrita a la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) del Estado de México. Meses después Cusaem, fue sustituida por Servicios Especializados de Investigación y Custodia (Seicsa), “pero han de ser los mismos, porque nos tratan igual”, dice el defensor.

Las primeras agresiones las sufrieron en mayo del año pasado cuando una docena de empleados de Cusaem armados con rifles de asalto encañonaron a unos 15 voluntarios de la Estancia que repartían lonches a los migrantes, “esa vez sólo fueron agresiones verbales e intimidación, pero después las cosas fueron subiendo de tono”.

A partir de entonces, Martín suele confrontarse con los guardias que viajan sobre el tren y recorren las vías en tres o cuatro camionetas, porque le impiden su “labor sobre las vías, argumentando zona federal, que el jefe les dice que disparen a todo lo que se mueva alrededor del tren. Quiere decir que tienen permiso para matar”.

Hace un mes, en Tequisquiapan los guardias, ahora de Seicsa balearon a un hondureño de 14 años, a quien Martín le brindó asistencia, y recientemente atendió a unos ocho migrantes “todos golpeados por ese cuerpo de seguridad”, que estaban en el estado de Hidalgo, hasta donde fue el defensor para ayudarlos, luego de que uno de los centroamericanos llegara a la Antigua Estación Bernal a pedir auxilio.

Desde septiembre del año pasado, Martínez fue integrado al Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Migrantes, de la Secretaría de Gobernación (Segob), luego de que durante una gira de trabajo por Europa denunció el hostigamiento de que estaba siendo víctima la Estancia del Migrante González y Martínez.

La protección federal no detuvo las agresiones. El 2 de abril, guardias de Seicsa que viajaban en patrullas embistieron a los voluntarios que se encontraban cerca de las vías, y estuvieron a punto de arrollar a un niño de dos años, que se encontraba en el lugar, en tanto que el 27 de abril, guardias que resguardaban el tren dispararon contra la gente de Martínez.

Al señalar que las recientes agresiones motivaron que interpusiera una demanda penal, Martínez cuenta que el único avance es mandarlo al psicólogo.

“Dicen que es una nueva ley de protección, para eso debo ir al psicólogo, pero lo que queremos es que se investigue a las personas que están transgrediendo nuestros derechos de dar ayuda humanitaria¨, sostiene Martín.

Martín Martínez y su voluntariado atienden en promedio a nueve mil migrantes al mes, en un local que pertenece a Ferromex, y que estaba abandonado.

“Hasta les servimos de vigilantes, aquí hay cuatro edificios de la Antigua Estación Bernal, que pertenecen a Ferromex, pero los tienen abandonados porque a ellos nomás les importa que sus trenes corran”, dice.

Hace tres años, como parte de la estrategia de eliminar la asistencia que da a los migrantes, la empresa ferroviaria intentó sacarlo del local.

“Me defendí como gato, con las uñas para arriba, a ellos ni les importa el cuartito, yo les he puesto candados porque los delincuentes quieren quedarse ahí, y como tengo medidas de Segob, policías municipales y del estado hacen sus rondines, y los malandros ya no se acercan”, apunta.

Gobierno estatal, indiferente

El defensor, quien busca que esos espacios abandonados les sean donados o entregados en comodato, lamenta que en Querétaro, “el tema migratorio no está en la agenda política, a nadie les interesa los migrantes, el gobierno es muy indiferente no hay voluntad política para atender a la gente que viene de Centroamérica, y todo por un tema de discriminación”.

En Tequisquiapan, asegura, él y su grupo son rechazados, hace tres años le quemaron un negocio de frutas y verduras, “para que ya no ayudáramos a migrantes”, y para abastecerse de alimentos recurren a otros municipios vecinos de San Juan del Río, Querétaro y Colón.

Martín Martínez insiste en su demanda de que se investigue a quienes hostigan al equipo de la Estancia González y Martínez y que les permitan seguir haciendo su trabajo humanitario.

“Cómo es posible que los malos se impongan, y que a nosotros como sociedad civil organizada nos pongan obstáculos por hacer el bien, al gobierno no le pido nada, pero tampoco que me friegue”, puntualiza.

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México

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