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Sin derecho alguno, mujeres migrantes en frontera sur de México

Publicado el 25 de mayo de 2016
por Cirenia Celestino Ortega en Bajo Palabra

?Con una ola de aplausos para honrar a Berta Cáceres, defensora ambientalista hondureña asesinada el pasado 3 de marzo, inició el X Encuentro de la Red Mesoamericana Mujer, Salud y Migración (RMMSM), en esta ciudad chiapaneca.

La frontera sur de México es una región con alto flujo migratorio. Se trata de al menos 112 mil personas –registradas por el Instituto Nacional de Migración (INM) en 2010– que emigraron de manera irregular a México con la intención de llegar a Estados Unidos.

Aunque no es posible conocer con exactitud el volumen del flujo migratorio debido al subregistro y a las condiciones en que se realiza, Guatemala, Honduras y El Salvador son los países de procedencia de la mayoría de las y los migrantes, y de los que las mujeres representan casi la mitad (48 por ciento) de la población en tránsito.

Aurelia Martínez, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña, (Ofraneh), denunció la violencia, violación a los Derechos Humanos (DH), carencia de servicios de salud y educación, y las profundas desigualdades de género y raciales, que obligan a las mujeres a salir de sus países a pesar del riesgo de ser asesinadas en el tránsito migratorio.

De acuerdo con la Encuesta sobre Migración en la Frontera Sur de México (Emifsur) –realizada por el Colegio de la Frontera Norte y dependencias federales–, las mujeres centroamericanas se internan a nuestro país por las localidades chiapanecas fronterizas con Guatemala, que se caracterizan por presentar una alta dinámica laboral, comercial y de concentración de asentamientos poblacionales. Tan sólo en 2015, 2 mil 359 guatemaltecas emigraron a diario para trabajar en esta frontera.

Con el objetivo de analizar la realidad de las mujeres en las migraciones y la violación a sus derechos en la frontera México-Guatemala, 80 expertas se reúnen los días 25 y 26 de mayo en esta ciudad.

Convocadas por la RMMSM, la Red de Gestoras de Derechos de la Frontera México-Guatemala, y Formación y Capacitación (Foca), las integrantes de más de 40 organizaciones civiles mexicanas, de Guatemala, El Salvador y Honduras, acusaron la situación de riesgo para las mujeres migrantes en su paso por México, donde son violentados sus DH, principalmente sus derechos laborales.

Diana Damián Palencia, directora de Foca, refirió que el Encuentro se suscribe en la evidencia de la pobreza extrema, falta de oportunidades y de empleo en los países de origen, que colocan en riesgo a las centroamericanas que emigran a la frontera sur  mexicana en busca de trabajo.

Se trata de trabajadoras migrantes jóvenes, en edad productiva y reproductiva, con escasas oportunidades educativas, provenientes de Centroamérica que llegan a trabajar a Chiapas. Se estima que 55 por ciento de las personas nacidas en otro país y que radican en Chiapas son mujeres provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala.

María Rosa Laínez Hernández, fundadora de la RMMSM e integrante de la Asociación de Desarrollo Económico y Social Santa Marta (ADES) en El Salvador, denunció la doble y triple vulnerabilidad de las mujeres indígenas y rurales, quienes son las que más emigran por razones económicas.

En particular, las expertas denunciaron la falta de respeto a los derechos laborales de las mujeres en las migraciones, ya que la ausencia de garantías de empleo y salario digno provocan pobreza y altas posibilidades de explotación laboral.

Según el Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), el trabajo del hogar es la principal ocupación de las trabajadoras migrantes, a él se dedica 65 por ciento de las salvadoreñas, 49 por ciento de las guatemaltecas, y 37 por ciento de las hondureñas. El comercio, trabajo agropecuario e industrial, el comercio informal y los servicios, son otras de las ocupaciones de las centroamericanas en Chiapas.

Se trata de dos formas principales de trabajo transfronterizo y temporal. Las trabajadoras transfronterizas son aquellas que cruzan la frontera para trabajar en territorio mexicano por menos de 24 horas.

Tan sólo en 2009 –de acuerdo con los datos del Imumi– se registraron 223 cruces diarios de mujeres centroamericanas; 65 por ciento de ellas laboraron como vendedoras ambulantes, y 31 por ciento se dedicaron al trabajo del hogar. Del total de estas trabajadoras migrantes, 37 por ciento percibió más de dos salarios mínimos.

En tanto, las trabajadoras temporales cruzan la frontera para trabajar por más de 24 horas, reportando 157 cruces diarios de mujeres en 2009. De este total, 70 por ciento de ellas se dedicaron al trabajo del hogar. Apenas 6 por ciento de las empleadas temporales gana más de dos salarios mínimos.

Damián Palencia exigió al Estado mexicano que garantice condiciones de empleo digno para las migrantes centroamericanas con respeto a su derecho a la salud principalmente. Al gobierno de Chiapas le urgió a facilitar la documentación para que las migrantes puedan trabajar en el estado con condiciones dignas, seguras, con acceso a los servicios de salud y con calidad de vida.

Carolina Gutiérrez Palacios, coordinadora de la RMMSM en Guatemala, llamó a los ministerios de Relaciones Exteriores y de Trabajo y Previsión Social de su país a actuar en la atención y derivación de casos de mujeres migrantes trabajadoras, para garantizarles condiciones dignas de trabajo y salarios dignos.

“En nuestros países no existen condiciones para poder sobrevivir, si en nuestros países hubiera condiciones de vida no sería necesario emigrar, sin embargo, donde quiera que se encuentren, las mujeres en las migraciones tienen derechos como humanas”, concluyó la defensora salvadoreña Laínez Hernández.

“Espiritualmente, a la distancia estamos con ellas, que sigan adelante porque emigrar es un derecho”, dijo la defensora garífuna (etnia con descendencia africana e indígena) Aurelia Martínez.

 

Las expertas garífunas, poptí, tseltales, tsotsiles, tojolabales, mam y mestizas reunidas en San Cristóbal de las Casas demandaron la importancia de reconocer que las mujeres migrantes contribuyen al desarrollo, por lo que exigieron igualdad de oportunidades de empleo entre mujeres y hombres, y que se les brinde la documentación migratoria y permisos de trabajo.

Asimismo, exigieron el respeto de los derechos laborales de las trabajadoras migrantes en la frontera sur de México.?

 

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